Playlist de un grafista itinerante (Alejandro Márquez): “10 canciones para escuchar en un taxi pirata que toma un atajo”
“Iag Bari”, de Fanfare Ciocarlia
Si eres gitano o algún ente semejante, sabes que llevas todo contigo, que la muerte viene sentada a tu lado en el taxi y que se la va a rifar contigo si la ocasión lo amerita. No necesitas iPod para escuchar piezas como ésta cuando son necesarias.
“Transylvania Boogie”, de Frank Zappa
Esta canción instrumental plasma lo que se empieza a desarrollar en la mente cuando uno sale repentinamente de una zona de confort (por voluntad propia o por azar), y se adentra en terrenos inhóspitos, pero que se enfrenta sin miedo, tan sólo con cierta alerta y un estado flotante de fascinación: uno se deja conducir por el impulso del destino, tratando de oponer los mínimos parámetros de control posibles: de todas maneras ya sabía uno a lo que se exponía con esta vida, ¿o no?
“Cumbia sobre el mar”, de Quantic & Flowering Inferno
En algunos parajes todos los taxis son piratas y todos los caminos son atajos. Si la radio del conductor llega a sintonizar alguna cumbia, suele suceder que llega la epifanía de que todas las personas somos piratas y que lo que buscamos es celebrar, así que te relajas, abres la ventanilla y contemplas las luciérnagas sin tratar de descifrar sus señales frenéticas.
“Bring the Noize”, de M.I.A.
Si el taxi se desvía, de todas maneras uno se dirige a donde está su colectivo. La línea puede ser recta o más complicada, pero el sentido ya está determinado y llegarás a la cita: temprano, tarde o quizá nunca, pero siempre a tiempo.
“Acid Drops”, de Public Image Ltd
Desde el inicio de la pieza, se hace manifiesto un proceso que surge del rango punk del “No Future!” (generalizado ya a la humanidad, de todas maneras) y que desemboca en una tranquilidad “postapocalíptica y naif” del espíritu New Wave, la que en su frescura sugiere que siempre hay una esperanza (y que, ¡total¡, tampoco importa si no la hubiera).
“Don’t Stop ’Til You Get Enough”, de Michael Jackson
Cabe decir que evito cualquier taxi, sea uber-limosina o alguno de colores pintos y destartalado, pero a veces no hay otro remedio. Si lo tomo con mi esposa e hijo, entonces mentalmente le pongo play a una canción como ésta de Michael Jackson, que despeja inmediatamente las nubes y todo llega a buen puerto.
“Transmission”, de Joy Division
Ian Curtis, quien canta esta pieza, sufría de epilepsia y de carácter inglés, mezcla ingrata, y se quitó la vida a los 23 años, dejando esposa e hija. Aunque pueda ser difícil de comprender su atormentada sensibilidad, es evidente que hay pendientes más oscuras que las de algún desarrollo urbano rodeado de barrancos.
“Welcome to Tijuana”, de Manu Chao
¿Qué te pueden quitar, a fin de cuentas, si eres un buscón? Lo mismo aplicaría si fueras abducido por un OVNI (lo que sea que signifiquen estas siglas). En esta pieza, la frase de “Bienvenda la muerte / por la Panamericana” te puede dar un norte (y la intuición que de todas maneras estás en el sur).
“Lust for Life”, de Iggy Pop
Esta rola te prepara para revisar tus tenis por si tienes que echar a correr, siempre con una sonrisa vital.
“Clonazepam Blues”, de Juan Cirerol
Para cerrar esta lista, podría haber entrado casi cualquier canción de Jaime López, pero como tal vez el Sr. Juan Cirerol se nos vaya primero al inframundo, ponemos entonces una pieza de este cantautor. Cabe señalar que su ritmo funciona para estar alerta, bajarse el letargo de las sustancias mezcladas y por lo menos no romperse el cuello con los movimientos del taxi entre baches, topes y agujeros negros.
Bonus track
“Fatty Boom Boom”, de Die Antwoord
Agregué esta pieza con un clip al final del playlist ya que tiene importancia extra por el video (aunque, obviamente, también por la actitud del grupo). Si usted viaja como turista en alguna unidad sin saber las condiciones de certificación o de legalidad de la misma, tal vez se llegue a sentir tan excéntrico pero a la vez tan fresa como esta “Lady Gaga” del video (por más carne cruda que le ponga a su atuendo en una entrega de premios).
Alejandro Márquez Lago nació en la Ciudad de México. Cuenta con estudios en Artes Visuales y Comunicación Gráfica aunque es constantemente identificado como grafista y semiólogo. “Me interesa explorar el universo significante ajeno a los conceptos y al lenguaje. Aunque he llegado a desarrollar obras en diferentes soportes, disciplinas y técnicas, suelo definir mi profesión como la de ‘grafista’ ya que el dibujo , la intención gestual de éste, ha sido el medio, el tipo de acercamiento y la actividad primordial a través de la cuál atravieso el camino intención-expresión”, se define.